LA COCINA Y LAS COMPRAS. Parte 1
- Ro Cio
- 24 dic 2017
- 3 Min. de lectura
“Me había jurado renunciar a los envases desechables y me disponía a tirar el último pote de mostaza al tacho de reciclaje cuando, por curiosidad, le eché una mirada a la lista de ingredientes: agua, granos de mostaza, vinagre y sal. Tenía todos los ingredientes en casa excepto uno. ¿Acaso alguien haría mostaza casera? Corrí a la computadora y en unos minutos encontré una receta muy simple. ¿Cómo había llegado al punto de pensar que la mostaza sólo podía comprarse? ¿Por qué nunca se me había ocurrido hacerla yo misma?”
A partir de este ejemplo Béa explica tres situaciones que seguramente reconozcas si estás transitando el zero waste. Estoy muy convencida de que necesariamente si empezás a preocuparte por el cuidado del medio ambiente, vas a preocuparte por el cuidado de tu salud, a cuestionarte problemáticas sociales y a darte cuenta de que todo está conectado. No creo para nada en los veganos que se hacen los fashion y, no consumen productos derivados de animales, pero sí una fruta exótica que tuvo que viajar miles de kilómetros en avión y que fue producida gracias al trabajo precario. Porque ¿de qué vale no tomar leche de vaca si te hacés una ensalada con lechuga que viene embolsada en nylon? Dale, un poco de criterio. Bueno, entonces, siguiendo con Béa, una vez que comiences a cuestionarte aquello que tenias naturalizado y dado por inevitable, incluso en cuestiones como el consumo de mostaza, necesariamente tu relación con el resto va a cambiar.
Respecto a los alimentos: los productos industrializados vienen con mucho embalaje, mucho conservante, colorante, azúcar, sal y etcéteras. Claro que depende de tus ganas e interés de meterte en la cocina, pero si lo hacés, sin dudas vas a empezar a amar lo casero y a abandonar lo industrializado. No tienen comparación. No te discuto la practicidad de desfrezar cualquier comida precocida del supermercado, o hacer platos a partir de sobres de polvos. Pero ¿qué es lo que le estás aportando a tu organismo? Ni idea. Por otro lado, la dependencia que la industria crea en nosotros, nos aleja cada vez más de los saberes de nuestros antepasados y nos priva de la independencia y la fortaleza que vienen del practicar y compartir con otros el saber-hacer de nuestra cultura. Esto, entiendo, viene relacionado a la soberanía alimentaria, espero en un futuro saber más y poder escribir al respecto.
Respecto a nuestra relación con los otros: Es real, mis amigas vienen y me dicen, encontré una receta de X cosa y me acordé de vos; o: preguntale a tal que me enteré que hace tal otra cosa casera; o: Ro, vos cómo preparás X. Se crean un montón de nuevas relaciones y se fortalecen lazos a partir del traspaso de conocimiento. Además te vas a encontrar debatiendo e intercambiando miradas respecto al zero waste y eso está buenísimo.
Respecto al consumo: quizás empieces a prescindir de un montón de cosas, o a darte cuenta de que es más barato prepararlas vos mismo. Aunque puedas creer que es una locura y una verdadera complicación volverse zero waste, la idea es que adoptes una posición más relajada y simple, dándote cuenta de que las cosas pueden ser más sencillas, y midiendo hasta dónde estás dispuesto a experimentar, quizás hasta descubras nuevos hobbies.
El saber-hacer-y-compartir entre amigos
En la primera versión de esta entrada mencionaba los nódulos de kéfir, ya que Béa cuenta cómo preparaba yogur casero. Pero como la vida es un misterio maravilloso, sucedió que de repente mucha gente de mi alrededor conocía el kéfir y comenzó a compartir sus conocimientos conmigo. Siendo que estos granitos se comparten así, entre amigos y sin precio, son el ejemplo concreto y perfecto del compartir saberes. Y es por eso que hice unos cambios y les dediqué una entrada completa, para celebrar todo lo que aprendemos entre nosotros.
La encontrás a continuación.
Yorumlar